Manhattan, NY – En vísperas de las elecciones presidenciales de noviembre, un nuevo informe emitido el martes 1 de octubre por el comité para la protección de los periodistas (CPJ) alerta sobre el deterioro de la libertad de prensa en Estados Unidos. La investigación destaca que el clima hostil hacia los medios de comunicación podría intensificarse, afectando no solo a los periodistas estadounidenses, sino también a sus colegas en otros países que observan con preocupación la situación.
Según Katherine Jacobsen, autora del informe, enfatiza que los trabajadores de los medios enfrentan un panorama cada vez más adverso, caracterizado por un aumento en el riesgo de violencia, arrestos, y acoso tanto en línea como fuera de ella. Además, menciona las dificultades legales y la criminalización de la labor periodística como aspectos que preocupan al sector. La polarización política y la falta de rendición de cuentas por parte de las autoridades también se citan como factores que contribuyen a esta situación.
Cabe destacar que el informe menciona, el legado del ataque del 6 de enero al Capitolio, que se ha convertido en un símbolo de la vulnerabilidad de las instituciones democráticas, incluido el periodismo. La fotoperiodista Amanda Andrade-Rhoades señaló que los eventos de ese día fueron una «llamada de atención» sobre la fragilidad de la confianza en las instituciones, la cual ha estado en declive durante años.
Vale la pena destacar que el informe indica que «en los años transcurridos desde los furiosos ataques de la administración Trump a los medios de comunicación y la insurrección del 6 de enero, las declaraciones del presidente Biden sobre la libertad de prensa han restablecido cierta sensación de normalidad en la relación entre los medios de comunicación y la Casa Blanca. Si bien algunos periodistas han criticado la reducción del acceso a su vicepresidenta, Kamala Harris, desde que se convirtió en la candidata presidencial del partido demócrata, sus interacciones pasadas con los medios de comunicación , incluidas las que se remontan a su época como fiscal de distrito y fiscal general del estado de California, sugieren que probablemente continuaría esa relación más civilizada» .
La presidencia de Trump fue vista en su momento ampliamente como perjudicial para la libertad de prensa. Un informe del CPJ de 2020 concluyó que su administración intensificó el procesamiento de fuentes de noticias, interfirió en los negocios de los dueños de los medios, acosó a periodistas que cruzaban las fronteras estadounidenses y utilizó la Ley de Espionaje (una ley que ha suscitado graves preocupaciones sobre su potencial para restringir la cobertura informativa sobre cuestiones de seguridad nacional) para acusar al fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Al mismo tiempo, Trump socavó la credibilidad de los medios de comunicación al atacar a los periodistas, a menudo en las redes sociales del presidente, llamándolos “corruptos”, “deshonestos” y “enemigos del pueblo”.
Por último, el CPJ indica que, en la actual carrera presidencial, marcada por temas como la inmigración y el aborto, el futuro de la libertad de prensa podría estar en juego. La candidata demócrata Kamala Harris ha señalado las amenazas de Trump hacia los medios, destacando su «intención explícita» de encarcelar a periodistas y opositores. Aunque la libertad de prensa no ha sido un tema central en la campaña de Harris, su partido defiende su importancia fundamental. Su compañero de fórmula, Tim Walz, ha mantenido una relación positiva con la prensa. En contraste, Trump y el Partido Republicano siguen atacando a medios críticos, una estrategia que Trump empleó durante su presidencia, lo que ha sido catalogado como el ataque más sostenido a la libertad de prensa en la historia reciente.
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