Última actualización el 14 de noviembre de 2024
Washington D.C. – Las protestas pacíficas en Washington, DC por el tiroteo fatal de la policía contra Justin Robinson, un activista afroamericano de 26 años, se tornaron violentas la noche del martes 10 de septiembre, resultando en enfrentamientos y arrestos. Los manifestantes, que se habían reunido frente a la estación del distrito 7 del departamento de policía metropolitana, lanzaron botellas y piedras a los agentes, según informaron las autoridades.
Justin Robinson, quien trabajaba como “interruptor de violencia” en el programa Cure the Streets, fue asesinado por la policía el 1 de septiembre en un autoservicio de McDonald’s. El incidente, captado por cámaras corporales de la policía, generó indignación en la comunidad y ha sido motivo de intensas protestas desde la publicación de los videos el lunes por la noche.
El abogado de la familia Robinson, Brandon Burrell, acusó a la policía de Washington D.C., de actuar con brutalidad y de no seguir los protocolos de desescalada. Los dos oficiales involucrados en el tiroteo, Vasco Mateus y Bryan Gilchrist, han sido puestos en licencia administrativa paga mientras se lleva a cabo la investigación.
El jefe del departamento de la policía Metropolitana, Pamela A. Smith, expresó su pesar por la pérdida de vidas, tanto en incidentes que involucren a oficiales como a miembros de la comunidad. Sin embargo, el caso de Robinson ha generado un debate público sobre el uso de la fuerza por parte de las fuerzas del orden, especialmente en situaciones que involucran a personas de color.
La familia de Robinson está devastada por los acontecimientos y ha iniciado una campaña de recaudación de fondos para cubrir los gastos legales y el servicio conmemorativo. Justin Robinson, recordado por su sonrisa y su trabajo en la comunidad, será despedido en un funeral que se celebrará el jueves 12 de septiembre.
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