Tesla ha comenzado a explorar seriamente la posibilidad de reemplazar a su actual director ejecutivo, Elon Musk. Según fuentes familiarizadas con el proceso, el consejo de administración de la compañía ha contactado a varias firmas de reclutamiento ejecutivo para iniciar un proceso formal de sucesión. Según informó el Wall Street Journal.
La decisión surge en medio de crecientes preocupaciones sobre el desempeño de la empresa y la disponibilidad de Musk, quien ha pasado gran parte del último año colaborando estrechamente con el presidente Donald Trump en Washington, en su rol como asesor especial en temas de eficiencia gubernamental.
Los miembros del consejo han expresado a Musk la necesidad de que dedique más tiempo a Tesla y lo comunique públicamente. El propio Musk, durante una reciente llamada con inversionistas tras un desplome del 71% en las ganancias trimestrales, afirmó que “a partir del próximo mes” priorizará nuevamente sus funciones en la empresa.
No obstante, el movimiento del consejo refleja una inquietud más profunda. La caída de ventas, los problemas de reputación vinculados a la política y la percepción de que Tesla ha perdido el rumbo han alimentado dudas sobre el liderazgo actual.
El distanciamiento de Musk respecto a Tesla ha coincidido con su creciente protagonismo en el gobierno de Donald Trump, donde ejerce funciones como jefe de la recién creada Oficina de Eficiencia Gubernamental. Aunque su papel es oficialmente de asesor temporal, su presencia constante en Washington y su cercanía con una administración que ha cuestionado las políticas medioambientales han generado una ola de críticas. Esta asociación ha afectado la imagen pública de Tesla, especialmente entre consumidores que valoran su compromiso con la sostenibilidad. En varios estados, incluyendo California, se han reportado protestas, vandalismo en puntos de carga y campañas de boicot contra la marca.
Internamente, algunos ejecutivos han señalado que la imagen de Musk, alineada con posiciones contrarias a los vehículos eléctricos, ha generado incomodidad entre empleados y consumidores.
El proceso de sucesión, aunque aún confidencial, marca un punto de inflexión para Tesla. Desde su llegada, Musk ha sido el rostro indiscutible de la empresa, liderando la innovación en el sector automotriz, aeroespacial y energético. Un eventual cambio en la dirección ejecutiva no solo sería un ajuste administrativo, sino una redefinición del futuro mismo de la compañía.
Por ahora, no se ha confirmado si Musk está plenamente al tanto de los avances en este proceso ni cómo podría impactar su anunciada intención de regresar a un rol más activo. Lo que sí está claro es que Tesla se prepara para una posible transición histórica.