La relación entre vacunas y autismo ha sido uno de los temas más debatidos y malinterpretados en salud pública durante décadas. En esta entrevista, Debra Berliner, que se desempeña como Líder de Comunicación y Educación en la rama de Inmunización de Salud Pública de Seattle y el condado King, aclara el origen de este mito, explica qué dice la evidencia científica y detalla por qué la vacunación sigue siendo una de las herramientas más seguras y efectivas para proteger la salud infantil.

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Según la fundación Autism Speak, en las dos últimas décadas, científicos de todo el mundo han llevado a cabo investigaciones exhaustivas para estudiar el vínculo entre la vacunación infantil y el autismo. Los resultados de esta investigación son claros: las vacunas no causan autismo. 

El origen del mito sobre vacunas y autismo

La idea de una supuesta conexión entre las vacunas y el autismo se origina en un estudio publicado en 1998 que posteriormente fue desacreditado. Ese trabajo afirmaba que la vacuna triple viral MMR (sarampión, paperas y rubéola) estaba relacionada con el autismo.


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Todo esto se remonta a un solo estudio fraudulento, muy pequeño, con apenas 12 niños y con graves fallas científicas”, explicó Berliner durante la entrevista con Latino herald.

Años después, se comprobó que el autor del estudio, el médico Andrew Wakefield, tenía conflictos de interés económicos, el artículo fue retirado de la revista científica y Wakefield perdió su licencia médica.

Desde entonces, decenas de estudios internacionales han analizado a cientos de miles de niños y han llegado siempre a la misma conclusión: no existe ninguna relación entre vacunas y autismo.

Qué se sabe realmente sobre las causas del autismo

Factores genéticos y ambientales

El autismo es una condición compleja y aún no existe una causa única identificada. La evidencia científica apunta a una combinación de factores genéticos y factores ambientales, que pueden incluir exposiciones prenatales, contaminación ambiental o nacimientos prematuros.


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Programa de acceso a servicios de salud del Condado de King

Es la pregunta del millón de dólares y Aún no tenemos una respuesta definitiva, pero lo que sí sabemos con certeza es que las vacunas no causan autismo”, subrayó Berliner.

Añadió que esta hipótesis ha sido “la más estudiada y la más ampliamente refutada” dentro de la investigación científica.

«A medida que se han difundido falsedades sobre las vacunas y el autismo, también hemos sido testigos de una mayor estigmatización de las personas con autismo»

Debra subraya:“El autismo no es una enfermedad que deba curarse ni algo que deba temerse. Es simplemente una variación natural en la forma en que los cerebros humanos se desarrollan y experimentan el mundo.

Al igual que otras formas de diversidad, el autismo puede aportar fortalezas distintivas. Si bien las personas autistas pueden enfrentar desafíos, especialmente en entornos que no fueron diseñados pensando en ellas, el autismo en sí mismo es simplemente una de las muchas maneras de ser humano”, concluyó Berliner.

Según la clínica Mayo, el trastorno del espectro autista es una condición relacionada con el desarrollo cerebral que afecta la forma en que las personas ven a los demás y socializan con ellos. Esto causa diferencias en la comunicación y en la manera en que interactuan socialmente.

Inmunidad natural versus vacunación

Riesgos de adquirir inmunidad a través de enfermedades

Algunas familias consideran que la inmunidad natural puede ser preferible a la vacunación. Sin embargo, contraer una enfermedad conlleva riesgos reales y, en ocasiones, graves. Enfermedades que suelen considerarse leves pueden provocar complicaciones severas, incluso, la muerte.

Berliner lo explica con una analogía clara:

«Esperar adquirir inmunidad de manera natural es como esperar a que el techo de la casa te caiga encima para saber dónde estaba el problema.

Vacunarse es arreglar el techo antes de que pase algo»

Vacunación como prevención y los cuidados mínimos

Evitar vacunas para reducir visitas médicas (o el uso de medicamentos) suele tener el efecto contrario. Un niño que se enferma gravemente probablemente necesitará hospitalización, tratamientos intensivos y múltiples intervenciones médicas.

Desde la perspectiva de salud pública, la vacunación es una de las estrategias menos invasivas para prevenir enfermedades graves y proteger a largo plazo la salud infantil.


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Alimentación saludable y vacunas: un enfoque complementario

Dormir bien, alimentarse de forma balanceada y mantenerse activo son hábitos esenciales para la salud general. Sin embargo, estos hábitos no reemplazan la protección específica que ofrecen las vacunas.

Los hábitos saludables fortalecen el sistema inmunológico en general, pero las vacunas lo entrenan para enfrentar amenazas específicas”, explicó Berliner, comparando su función con el uso de cinturones de seguridad y bolsas de aire en un automóvil.

Centrarse en alimentos ricos en nutrientes ayuda a los niños a obtener los componentes alimienticios que necesitan mientras limitan las calorías en general. Según la clínica Mayo.

Seguridad de múltiples vacunas en bebés

Capacidad del sistema inmunológico infantil

Una de las preocupaciones más comunes entre madres y padres es la administración de varias vacunas en una misma visita médica, especialmente durante los primeros meses de vida.

«El sistema inmunológico de los bebés es extraordinario y está preparado para enfrentar miles de gérmenes todos los días.

No existe evidencia de que recibir múltiples vacunas al mismo tiempo aumente los efectos secundarios.

Además, espaciar las vacunas suele generar más estrés para el niño y más dificultades para las familias», señaló Berliner.

De hecho, explicó que una herida leve puede representar un reto mayor para el sistema inmune que todas las vacunas infantiles combinadas.


Brotes recientes de sarampión y baja vacunación

Conforme se acerca el final del 2025, Estados Unidos ha registrado cerca de 2,000 casos de sarampión, una cifra inusualmente alta y la más elevada desde 1992. Este aumento se relaciona con la disminución de las tasas de vacunación durante y después de la pandemia, así como con los viajes internacionales.

En días recientes se informó que los casos siguen aumentando de manera alarmante en algunos estados.

El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas que existen. Si diez personas sin inmunidad comparten un espacio con alguien infectado, nueve se contagiarán”, advirtió Berliner.

Además, el virus puede permanecer en el aire hasta dos horas después de que una persona infectada abandona el lugar.

La vacuna MMR, administrada en dos dosis, es aproximadamente 97% efectiva y brinda protección duradera.

Gráfica cortesía de Kate Cole / Public Health – Seattle & King County
Gráfica cortesía de Kate Cole / Public Health – Seattle & King County

Vacunas al nacer y hepatitis B

La vacuna contra la HEPATITIS B, aplicada dentro de las primeras 24 horas de vida, ha permitido una reducción del 99% en la incidencia de esta enfermedad en Estados Unidos. Esta estrategia cuenta con el respaldo de la American Academy of Pediatrics y otras organizaciones médicas.

Aunque algunos padres se sienten inseguros ante la idea de vacunar a un recién nacido, la evidencia demuestra que esta medida es segura y fundamental para prevenir infecciones crónicas graves.

El rol de la salud pública y la toma de decisiones informadas

Berliner enfatizó que todas las familias buscan lo mismo: proteger a sus hijos. Nuestro papel en salud pública no es juzgar, sino ofrecer información clara, basada en ciencia, para que cada familia pueda tomar la mejor decisión, afirmó.

Organizaciones como SALUD PÚBLICA DE SEATTLE Y KING COUNTY, los CENTROS PARA EL CONTROL Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES (CDC) y la AMERICAN ACADEMY OF PEDIATRICS continúan proporcionando información actualizada y basada en evidencia.

Para más información confiable:


¿Existe alguna evidencia científica que relacione vacunas y autismo?

No. La investigación científica internacional ha demostrado de forma consistente que no hay conexión entre vacunas y autismo.

¿Es mejor que los niños desarrollen inmunidad natural en lugar de vacunarse?

No. La inmunidad natural implica enfermarse y asumir riesgos graves, mientras que la vacunación ofrece protección segura y preventiva.

¿Es seguro que los bebés reciban varias vacunas al mismo tiempo?

Sí. La evidencia confirma que el sistema inmunológico infantil puede manejar múltiples vacunas de manera segura y efectiva.


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