El tráfico de armas de fuego no surge solo de mercados clandestinos. Un nuevo análisis de Everytown for Gun Safety señala que muchos de estos artefactos se originan en comerciantes de armas autorizados, y luego se desvían hacia circuitos ilegales a través de compras simuladas, ventas sin licencia y otras prácticas que evaden controles.
De la venta legal al mercado ilegal
El informe describe el tráfico de armas de fuego como el proceso mediante el cual armas vendidas de forma legítima terminan en manos de personas que no pueden comprarlas legalmente o quieren evitar registros. Este desvío ocurre mediante compras a nombre de terceros, comercio sin licencia y esquemas que evitan verificaciones de antecedentes y obligaciones de registro.
Qué es una compra a escondidas
Una compra a escondidas ocurre cuando alguien que sí puede adquirir un arma la compra para otra persona que no puede o no desea aparecer como comprador. Este tipo de operación es un componente clave dentro del tráfico de armas de fuego, porque oculta al verdadero usuario y dificulta rastrear el arma.
Hallazgos principales del análisis de Everytown
Utilizando datos de rastreo de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, Everytown for Gun Safety concluyó que la mayoría de las armas encontradas en escenas delictivas tuvieron origen en comercios con licencia. Entre 2017 y 2023, el 96 % de las armas recuperadas y rastreadas se compraron inicialmente a un comerciante autorizado.
Volumen de armas desviadas y ganancias asociadas
El estudio estima que para 2026 se habrán traficado más de 1,27 millones de armas de fuego en el país. Además, calcula que los comercios con licencia obtuvieron cerca de 695 millones de dólares en ventas de armas que luego fueron identificadas como parte de tráfico de armas de fuego.
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Supervisión federal limitada a los comerciantes de armas
El informe también destaca fallas de supervisión. Según Everytown, la cantidad de inspecciones realizadas a armerías ha disminuido de forma marcada durante la actual administración, aunque los problemas de control se remontan a gobiernos anteriores. Esta reducción dificulta detectar patrones de ventas sospechosas o posibles violaciones repetidas.
Ejemplo de inspecciones en Oregón
De acuerdo con el medio independiente OPB, en Oregón, reguladores federales inspeccionaron menos del dos por ciento de los aproximadamente dos mil comerciantes de armas del estado durante 2022 y 2023. Los datos, obtenidos por un medio público local, sugieren que muchos negocios operan largos periodos sin visitas presenciales de autoridades.
Cambios en personal e investigación federal
Un documento presupuestario reciente indica que el Departamento de Justicia planea recortar de forma importante el número de investigadores dedicados a supervisar a los comerciantes de armas con licencia federal. El plan reduciría esta fuerza laboral de aproximadamente 850 inspectores a cerca de 300.
Nuevas políticas de licencias y enfoque institucional
De acuerdo con el Washington State Standard, en mayo, la ATF anunció una política que flexibiliza los criterios para revocar licencias de comerciantes de armas, lo que podría hacer más difícil retirar permisos ante incumplimientos. Además, desde el inicio de la actual administración, una gran parte de los agentes especiales de la ATF recibió instrucciones para asumir tareas de control migratorio.
Impacto del tráfico de armas en violencia y delitos
Según los datos analizados, las armas involucradas en tráfico de armas de fuego están presentes en el doble de tiroteos que las que no han sido traficadas. Casi el 88 % de las personas que recibieron estas armas tenían prohibido comprarlas legalmente. El informe vincula este fenómeno con delitos de drogas, agresiones con agravantes, homicidios y tentativas de homicidio.
Quiénes reciben estas armas
Las cifras sugieren que la mayoría de los receptores finales son personas con restricciones legales, antecedentes penales o vínculos con actividades delictivas. El desvío desde comercios autorizados hacia estos compradores resalta la brecha entre la regulación formal y la realidad del mercado.
Recomendaciones de política pública y regulaciones estatales
Everytown propone que los estados refuercen las inspecciones a comercios de armas, adopten leyes específicas para desalentar el tráfico y utilicen datos de rastreo para detectar cadenas de suministro ilegales. La organización sostiene que los gobiernos estatales pueden actuar incluso si no hay cambios inmediatos a nivel federal.
Medidas estatales ya en marcha
Al menos 16 estados y Washington, DC, otorgan licencias y supervisan directamente a los comerciantes de armas de fuego. En lugares como Colorado e Illinois se exige una licencia estatal adicional, normas de seguridad, requisitos de almacenamiento y revisiones periódicas por parte de autoridades locales.
Visión de exfuncionarios de ATF
Marianna Mitchem, exsubdirectora adjunta de operaciones de campo en la ATF y ahora asesora de Everytown, sostiene que los estados tienen margen para actuar sin esperar cambios desde la capital. Su experiencia indica que regulaciones estatales, sumadas a una supervisión constante, pueden reducir el riesgo de desvío de armas desde comercios con licencia.
Cómo los estados pueden enfrentar el tráfico de armas de fuego
Mitchem señala que aumentar inspecciones, aplicar sanciones claras y cruzar datos de rastreo son pasos clave para limitar el tráfico de armas de fuego. También plantea que las leyes estatales sobre almacenamiento seguro y registros pueden ayudar a cerrar brechas utilizadas por redes ilegales.
Qué es el tráfico de armas de fuego
El tráfico de armas de fuego es el desvío de armas del mercado legal al mercado ilegal mediante compras a escondidas. Tales como las ventas sin licencia y otras operaciones que evitan controles.
Cómo afectan los comerciantes autorizados al tráfico de armas
Cuando no hay supervisión suficiente, las ventas de comerciantes con licencia pueden terminar en manos de personas con prohibiciones legales, lo que incrementa tiroteos y otros delitos.
Qué pueden hacer los estados para reducir el tráfico de armas
Los estados pueden aumentar inspecciones a comercios, exigir licencias adicionales, fortalecer normas de almacenamiento y usar datos de rastreo para detectar patrones sospechosos.
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