En su segundo discurso inaugural, Donald Trump reafirmó su promesa de deportar a millones de «delincuentes extranjeros». Sin embargo, la realidad de esta política migratoria, liderada por el influyente asesor Stephen Miller, va más allá de la criminalidad. Esta estrategia intensifica la preocupación en comunidades de todo el país ante la posibilidad de una deportación masiva. Además, incluye a migrantes sin antecedentes penales.
El impulso de Stephen Miller: cifras y cuotas de deportación
Para Stephen Miller, el número de deportaciones es lo primordial, sin importar el estatus penal de los individuos. Reportes de Axios indican que Miller ha reprendido a altos funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) por la falta de arrestos.
En una reunión reciente, Miller estableció una nueva cuota para las 25 oficinas locales del ICE: 3,000 arrestos diarios. Esta cifra fue confirmada por el propio Miller en una aparición en Fox News. Allí, él la calificó de «mínimo». Además, prometió que Trump «seguiría presionando para que esa cifra aumentara cada día». Este nuevo objetivo duplica la cuota de enero, que era de 75 arrestos diarios por oficina, o aproximadamente entre 1,200 y 1,500 en total.
Ampliando la red de deportación
El discurso de Miller también reveló que los esfuerzos existentes del ICE no eran suficientes para alcanzar la meta no oficial de la administración Trump de un millón de deportados en su primer año. Axios informó que Miller «les dijo a los asistentes que buscaran más allá de los inmigrantes que han cometido delitos y que arrestaran también a migrantes no delincuentes dondequiera que los encontraran». Esta es la ampliación de la red que muchos expertos ya habían predicho. La administración ha revocado la libertad condicional o el estatus de protección temporal de migrantes. Esto ha puesto a más de un millón de personas nacidas en el extranjero en riesgo de ser deportadas en una deportación masiva.
El alcance de las exigencias de Miller contrasta con el supuesto enfoque en criminales que otros funcionarios de Trump han intentado mantener públicamente. Incluso en casos donde errores administrativos han llevado a la detención de personas con permiso legal para estar en el país, la Casa Blanca ha insistido en que el objetivo es deportar a «monstruos atroces, violadores, asesinos, secuestradores, agresores sexuales, depredadores que no tienen derecho a estar en este país», como lo expresó la secretaria de prensa Karoline Leavitt en marzo.
Consecuencias de la política de deportación masiva
La «ficción» de que solo se persigue a criminales se vuelve cada vez más difícil de mantener a medida que la redada se amplía. Afuera de los tribunales de inmigración de todo el país, agentes del ICE han comenzado a arrestar a migrantes inmediatamente después de desestimar sus casos. De este modo, las comparecencias en los tribunales de inmigración se han convertido en una posible trampa para los migrantes. Este procedimiento elimina la protección del proceso legal.
En comunidades que apoyan a Trump, donde vecinos son arrestados repentinamente, surgen preguntas sobre las promesas de voto. The New York Times recientemente destacó el caso de Ming Li Hui, conocida como Carol, una mesera y empleada doméstica de un pequeño pueblo de Missouri. 20 años después de llegar de Hong Kong, ahora enfrenta la deportación.
La amiga de Carol, Vanessa Cowart, votante de Trump, expresó la confusión: «Nadie votó por deportar a las madres. Todos creíamos que simplemente nos estábamos deshaciendo de las pandillas, de la gente que llegaba en masa». Esta disonancia entre la retórica de campaña de Trump y las acciones de su administración evidencia una estrategia que va más allá de los «criminales» para realizar una deportación masiva.
El marco legal y la realidad de la deportación
Según la ley estadounidense, cruzar la frontera ilegalmente constituye en la mayoría de los casos una infracción civil, no penal. Sin embargo, Stephen Miller ha trabajado para difuminar esa línea. Las primeras órdenes ejecutivas de inmigración firmadas por Trump instruyeron a los funcionarios a tratar a todos los inmigrantes indocumentados como objetivos de deportación. También aplican procesos de deportación acelerada contra quienes hubieran llegado en los últimos dos años. Miller y sus colegas han insistido, sin fundamento, en que los millones de migrantes admitidos durante la administración Biden se encuentran en el país ilegalmente. Lo hacen como parte de un esfuerzo de deportación masiva.
Para Miller, la diferencia entre un pandillero narcotraficante y una madre que excedió su visa es mínima. En el marco de la deportación masiva, todos son considerados «criminales». Además, se ha esforzado por manipular el sistema migratorio para respaldar su visión. Aunque el gobierno quizás no alcance la cifra de millones de deportaciones prometidas por Trump, el impacto de las políticas de Miller continuará afectando a innumerables vidas.
¿Cuál es el objetivo principal de la política migratoria de Stephen Miller?
El objetivo principal de Stephen Miller es la deportación de «millones» de migrantes, independientemente de su estatus penal. Él busca ampliar la red de arrestos más allá de los delincuentes.
¿Cuál es la nueva cuota de arrestos diarios establecida por Stephen Miller para el ICE?
Stephen Miller ha establecido una nueva cuota de 3,000 arrestos diarios para las 25 oficinas locales del ICE, duplicando el objetivo anterior.
¿Se consideran los migrantes indocumentados automáticamente criminales bajo la ley estadounidense?
Según la ley estadounidense, cruzar la frontera ilegalmente es generalmente una infracción civil, no penal. Sin embargo, la administración Trump ha buscado tratar a todos los inmigrantes indocumentados como objetivos de deportación, aumentando el enfoque de deportación masiva.
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