A partir del 27 de julio de 2025, Washington prohibirá que la deuda médica afecte los informes de crédito, protegiendo la estabilidad financiera de sus residentes.
Olympia, WA – El gobernador de Washington, Bob Ferguson, promulgó esta semana una ley que impide que la deuda médica de los residentes del estado aparezca en sus informes crediticios. El proyecto de ley, S.B. 5480, establece que ni las agencias de cobranza ni los acreedores podrán reportar facturas médicas vencidas a las principales agencias de crédito. La medida entrará en vigor el próximo 27 de julio, con el fin de aliviar el impacto financiero que este tipo de deudas puede ocasionar.
La iniciativa, impulsada por el senador demócrata Marcus Riccelli, de Spokane, busca replicar una norma que originalmente había sido aprobada a nivel federal. Bajo S.B. 5480, cualquier deuda médica pendiente quedará excluida de los registros crediticios de las personas, evitando así que las facturas atrasadas dificulten la obtención de préstamos para automóvil, hipotecas o alquileres de vivienda.
A nivel nacional, en enero pasado la Administración Biden finalizó una regulación similar, la cual estaba programada para entrar en vigor en marzo. Sin embargo, tras el cambio de Gobierno, la administración de Donald Trump suspendió esa norma y ésta se encuentra actualmente bajo impugnación legal, lo que ha dejado en suspenso la aplicación de la protección federal.
El nuevo estatuto estatal está pensado para evitar situaciones como la que vivió Christopher Raymond, a quien diagnosticaron linfoma de Hodgkin en etapa II a los 16 años. Para costear su tratamiento, que incluyó un trasplante de células madre, su padre tuvo que jubilarse anticipadamente y usar su pensión de 60.000 dólares. La familia se mudó a California para acceder a Medi-Cal, pero aun así enfrentó graves problemas para cubrir necesidades básicas durante los dos años que duró la terapia.
Según un informe de Northwest Health Law Advocates, cerca de seis de cada diez adultos en Washington no podrían hacer frente a una factura médica imprevista de 500 dólares, y alrededor del 30 % vive en un hogar con deuda médica, incluso contando con seguro de salud. Audrey Miller García, de la Sociedad Americana del Cáncer, advierte que esas obligaciones persisten pese a la muerte o recuperación del paciente. Raymond, ahora con 28 años y libre de cáncer desde hace una década, asegura que aún recibe facturas de seguros y lamenta que “uno no debería ser castigado por tener cáncer”.
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