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Miedo e incertidumbre ante promesas de deportaciones masivas a partir de enero

Abogada de inmigración Chelan Crutcher-Herrejón del despacho Crutcher Herrejón Law Group Inc

Seattle, WA —Recientemente, se ha realizado una serie de teleconferencias en las cuales participan los pocos medios de comunicación en español de la región del Puget Sound, algunas organizaciones proinmigrantes y un grupo de activistas comunitarios. El tema principal ha sido la creciente ansiedad que ha generado la elección de Donald Trump entre muchos latinos del estado de Washington y del país en general. 

Una de las principales razones de esa preocupación es la continua amenaza, que también fue uno de los pilares de su campaña, de iniciar una serie de deportaciones masivas desde el primer día de su administración, a partir del 20 de enero.

Por supuesto, hay quienes son escépticos y afirman que esto solo fue parte de la estrategia política de Trump para su reelección, recordando que, durante su primer mandato, el número de deportaciones no alcanzó las cifras que había prometido.

El presidente electo Donald Trump ha prometido que desde el primer día de su mandato habrá deportaciones masivas. Foto: Trump – Wikipedia Commons

Sin embargo, la realidad es que en esta nueva oportunidad, el presidente electo viene con una visión más enfocada, respaldada por la experiencia adquirida tras las derrotas de su primer mandato. Y lo está demostrando con los funcionarios que ha elegido para puestos clave en el manejo de temas migratorios.

La primera recomendación a la comunidad es no caer en pánico: cualquier situación se maneja mejor con la cabeza fría.

La abogada experta en leyes migratorias, Chelan Crutcher, expresó a Latino Herald, en su impecable manejo del castellano, la profunda preocupación que siente ante lo que describe como la “versión 2.0” de la administración Trump.

“No sabemos exactamente qué va a pasar; aseguran que será horrible y que desde el primer día comenzarán a deportar a la gente”, comentó la abogada con tono grave y expresión de angustia.

Al preguntarle si tienen la capacidad de deportar a tantas personas, sin mencionar cifras, nos respondió que sí, que realmente pueden hacerlo. A continuación, compartió lo que considera su mayor preocupación: “El problema es que no respetan la ley, y si no respetas la ley, haces lo que te da la gana”.

La abogada Crutcher teme que, de inmediato, cancelen el programa de Acción Diferida, conocido como DACA. Ya hay precedentes, pues en su primer mandato, Trump intentó hacerlo con su entonces fiscal general, Jeff Sessions, pero la Corte Suprema detuvo la medida en 2020.

El destino de DACA ahora está en manos de los tribunales, y con los republicanos tomando el control del Congreso, la probabilidad de que los beneficiarios de DACA obtengan un camino hacia la ciudadanía parece remota. Crutcher también anticipa que los programas de Protección Temporal (TPS) correrán la misma suerte y que las regulaciones para aprobar casos de asilo serán severamente restringidas.

Precisamente en relación con los casos de asilo, es importante destacar que, actualmente, la administración Biden ha limitado considerablemente el acceso a estos procesos. Se espera que Trump asfixie aún más este programa y se especula que buscará eliminar las bases humanitarias que permiten solicitar dichos beneficios, lo que afectaría directamente a las visas U y T.

“Desnaturalizando” a los ciudadanos

Cuando le preguntamos acerca de las advertencias de la administración entrante sobre eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento y sobre posibles intentos de despojar a inmigrantes ya naturalizados de su ciudadanía, la abogada no duda en afirmar que “van a intentar hacer todo lo que dicen… la clave radica en si tienen los recursos para llevarlo a cabo”.

Explica que, si es necesario cambiar leyes y se apegan al marco legal, les costará más trabajo, ya que estos son asuntos que requieren tiempo y aprobaciones legislativas.

La ciudadanía de los Estados Unidos se puede adquirir por derecho de nacimiento en dos situaciones: en virtud del nacimiento de la persona dentro del territorio de los Estados Unidos (jus soli) o porque al menos uno de sus padres era ciudadano estadounidense en el momento del nacimiento de la persona (jus sanguinis).

Sin embargo, en el caso de las acciones ejecutivas (como DACA, por ejemplo), un simple decreto presidencial podría terminar con las esperanzas de cientos de miles de jóvenes inmigrantes en un instante, a pesar de los desafíos legales que esto implique.

La abogada señala que es posible que se implementen cambios que, en el pasado, no habríamos ni siquiera imaginado. “Ya lo vimos en la administración anterior, pero esta vez intentarán hacer que los cambios permanezcan y sean más difíciles de eliminar. Y eso que en esa ocasión había personas más o menos razonables en su entorno, que ya no estarán ahí para mediar. Imagínate cómo será todo con el personal que está eligiendo ahora, que tiene ideas tan extremas”.

Regresa el temor 

“Desde los resultados de la elección, lo que más he hecho es tratar de calmar a la gente que cayó en pánico. No sabemos qué nos espera, solo sabemos que va a ser mucho más duro que la última vez. Sabemos que será mucho peor, pero es imposible saber con certeza qué sucederá hasta que ocurra. No sé qué más puedo hacer o decir para hacer sentir mejor a mis clientes cuando yo también estoy asustada y nerviosa. Todo esto pone en peligro lo que nunca pensamos que podría estar en riesgo”, respondió.

También le preguntamos si ha notado un aumento en la demanda de personas que buscan ayuda legal debido a la alarma que ha provocado la situación.

“Sí, ya empezaron las solicitudes de asesoría legal, y es lo mismo que ocurrió la última vez, porque la gente percibe que la situación es muy seria. Hay muchas personas que han vivido 20 o 30 años sin documentos y pensaban que no tenían que hacer nada, pero esta vez sienten que es diferente. Se dan cuenta de que son vulnerables y podrían ser deportados, y entonces buscan maneras de protegerse. Hay muchos casos de familias compuestas por personas con documentos y otros miembros sin ellos, y, por supuesto, ellos quieren mantener unidas a sus familias, pero se enfrentan a la separación, ya que no quieren que sus hijos vivan en la pobreza en otros países. Es una situación muy desesperante”.


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Estatus ciudadano y la desinformación migratoria

Afirma además que un número significativo de personas de la comunidad buscaron naturalizarse antes de las elecciones para poder votar. También menciona a aquellos que, siendo residentes, se rehúsan a hacerse ciudadanos.

“Para muchos de ellos, este es el empujón que necesitaban. Lo que no sé es si la tendencia continuará o si solo es algo temporal”, comentó la abogada.

Aprovechó también para hacer un llamado a la comunidad a estar alerta ante la desinformación que circula a diario en redes sociales, la cual muchos creen sin cuestionarla. Para ilustrar esto, la abogada utiliza un ejemplo frecuente que escucha en su despacho:

“No tienes idea de cuántos de mis clientes me dicen que miles de inmigrantes llegan y les dan los papeles automáticamente, y que no les parece justo que con solo entrar al país ya tengan esos beneficios. Yo les pregunto dónde escucharon eso, porque no es cierto, y me dicen que alguien en Facebook les dijo que recién llegados ya les dieron asilo. Les pregunto si saben quién es esa persona, si la conocen y pueden verificar lo que dice, o si es solo otro post en redes sociales que nadie se toma el tiempo de comprobar. Es frustrante”.

La realidad, dice la abogada, es que algunas personas que entraron con “parole” sí reciben un permiso de trabajo, pero no es para siempre. Es válido solo mientras disputan su caso y son sometidos a un proceso acelerado de deportación. Los jueces tienen que trabajar contra reloj para tomar una decisión, y casi ningún abogado de inmigración acepta este tipo de casos, pues no hay tiempo para preparar un proceso adecuado.

En conclusión: sí, pueden recibir un permiso de trabajo, pero también pueden ser deportados de manera inmediata.

La abogada hace un llamado a no caer en manos de quienes se dicen “expertos”

“Desafortunadamente, hay abogados que pasan su tiempo creando TikToks o publicando miles de reels en Facebook, y muchos solo difunden información falsa. Lo que se puede hacer es consultar a un abogado que trabaje a nivel local. Realizar una consulta y conocer los detalles de tu caso y las posibilidades reales de protección”.

Aconseja leer las reseñas y valoraciones de esos abogados para saber si realmente son efectivos o si es mejor buscar a otro profesional.

“Yo siempre digo que los abogados que más se auto promocionan no son los mejores. Lo veo desde el ángulo de que si tienen miles y miles de clientes en redes sociales, ¿cuánto tiempo realmente dedican a cada caso? Un abogado que pasa todo el día haciendo TikToks no está revisando casos. Si tengo tres, cuatro o cinco empleados, sé bien lo que pasa con cada uno de mis casos. Pero si soy una sola abogada y tengo 100 empleados en varios estados, no sabré qué pasa con cada uno de mis clientes”.

Exhorto a la comunidad a no caer en la tentación de presentar casos fraudulentos para obtener la legalización.

“Lo que más me sorprende es la cantidad de personas que se acercan buscando ayuda con un caso de VAWA (Violence Against Women Act), justificando que mucha gente lo está haciendo. Este fraude migratorio consiste en crear una estructura compleja para aprovecharse de las debilidades del programa. Se presentan informes de violencia doméstica fabricados que nunca sucedieron, utilizando la visa de VAWA para obtener la residencia permanente de manera fraudulenta”.

Este tipo de fraude migratorio ha sido detectado por los agentes de inmigración, que han desarrollado técnicas para identificar procesos ficticios y están poniendo especial atención en los casos de visa VAWA.

Este fraude se ha registrado a nivel nacional desde 2016. Por cierto, también los hombres califican para esta visa, si son víctimas de abuso en el hogar.

La abogada Crutcher concluye la entrevista con una simple filosofía de vida para los inmigrantes: “Siempre lo he dicho, hay dos agencias gubernamentales con las que no te quieres meter: el IRS e Inmigración”.

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