Última actualización el 6 de enero de 2025
Seattle, WA– En medio de crecientes tensiones y temor en las comunidades migrantes, los obispos católicos del estado de Washington emitieron una carta pastoral reafirmando su apoyo a los inmigrantes y refugiados.
El documento llega en respuesta a las recientes declaraciones del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, quien ha prometido intensificar las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, incluso mediante la declaración de una emergencia nacional y el uso del ejército.
Trump reiteró que el costo de esta operación no será un impedimento, subrayando que su prioridad al asumir el cargo en enero será asegurar una frontera “fuerte y poderosa”. “No es cuestión de el precio de las cosas. Realmente no tenemos opción”, declaró Trump a NBC News a principios de mes.
Ante este panorama, los obispos expresaron su profunda preocupación por el impacto que estas medidas podrían tener en las familias migrantes, tanto documentadas como indocumentadas. En la carta, firmada por el Arzobispo de Seattle, Paul D. Etienne; el Obispo de Yakima, Joseph J. Tyson; el Obispo de Spokane, Thomas A. Daly; y los Obispos Auxiliares de Seattle, Eusebio Elizondo, M.Sp.S., y Frank Schuster, los líderes católicos afirmaron que estas amenazas son contrarias al Evangelio de Jesucristo y a la dignidad de toda persona.
Citando la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, los obispos recordaron: “Si toda persona posee una dignidad inalienable, si todos somos hermanos y hermanas, y si el mundo pertenece realmente a todos, entonces importa poco si mi vecino nació en mi país o en otro lugar”.
Si bien reconocieron que Estados Unidos es una nación de leyes, insistieron en que el sistema migratorio actual es defectuoso y necesita una reforma integral. “Como cristianos, sabemos que nuestro amor por Dios se mide por nuestro amor al prójimo, especialmente a los más vulnerables”, afirmaron los obispos, recordando las palabras de Jesús: “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me recibiste” (Mateo 25:35).
En la homilía de este domingo, el texto fue leído a los católicos congregados en la iglesia St. Pius X de Mountlake Terrace, donde se invitó a los fieles a ser una luz para todos aquellos que lo necesiten, extendiendo la mano a los migrantes y refugiados en tiempos de incertidumbre.
Los obispos también hicieron un llamado a las parroquias para que se conviertan en espacios de oración, consuelo y apoyo para los migrantes y refugiados. “Durante estos tiempos de incertidumbre y miedo, estamos con nuestros hermanos y hermanas inmigrantes y refugiados”, destacaron.
La carta concluyó con una invocación a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de las Américas y símbolo de esperanza para los migrantes, pidiendo su intercesión para que las comunidades vulnerables encuentren fortaleza y consuelo.
“Nuestra Señora de Guadalupe, ruega por nosotros”, finalizaron los obispos, reafirmando su compromiso de acompañar a las comunidades migrantes y luchar por su dignidad y derechos.
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