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Crecen los desafíos para familias sin hogar: ¿Cuál es el panorama actual en el Condado King? 

Última actualización el 3 de enero de 2025

Condado King, WA – La crisis migratoria en Estados Unidos ha sido vinculada a un incremento sin precedentes en el número de indigentes, alcanzando cifras récord en 2024. Según datos federales, las familias sin hogar experimentaron un crecimiento del 40 % en comparación con años anteriores. Sin embargo, el condado King, epicentro de grandes esfuerzos para abordar este problema, ha mostrado cifras más estables en esta categoría, lo que plantea preguntas sobre la precisión de los datos recopilados. 

El recuento anual del condado, conocido como ‘Point-In-Time’, reportó un aumento del 3 % en la falta de vivienda entre 2022 y 2024, aumentando de 3,592 a 3,701. Este método, que utiliza encuestas compartidas entre personas en situación de calle, ha sido criticado por organizaciones locales como Mary’s Place, que aseguran que no refleja el aumento significativo en la demanda de refugios, especialmente por parte de familias migrantes. En 2024, casi la mitad de las camas en sus instalaciones fueron ocupadas por estas familias. 

Mientras tanto, los números generales en el condado King alcanzaron un récord de 16,385 personas sin hogar, lo que representa un aumento del 23 % en comparación con 2022. De estas, el 60 % vive sin refugio. Aunque se han agregado camas en refugios desde el inicio de la pandemia, los expertos advierten que la capacidad de los albergues está al límite. Además, los costos crecientes y la reducción de fondos de emergencia podrían reducir los recursos disponibles en el futuro cercano. 

La llegada de migrantes afecta las cifras de indigencia

La llegada de cientos de familias migrantes al condado King, particularmente a ciudades como Tukwila, ha intensificado la presión sobre los servicios locales. En los últimos años, las solicitudes de refugio aumentaron un 19 %, según informes de las líneas de admisión del condado. Sin embargo, los esfuerzos de conteo y análisis han enfrentado el desafío de identificar a familias que, por temor o falta de acceso, no buscan ayuda formalmente. 

La falta de vivienda en la región sigue siendo un tema complejo que exige respuestas innovadoras y una mayor asignación de recursos. Mientras las organizaciones locales trabajan para cerrar brechas y proporcionar refugio, el costo de construir soluciones permanentes sigue siendo un obstáculo crítico. En un entorno donde los presupuestos enfrentan recortes, las comunidades buscan formas de asegurar que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan, destacando la urgencia de una estrategia coordinada a largo plazo. 

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