Última actualización el 3 de enero de 2025
Olympia, WA – La sesión legislativa del 13 de enero en el estado Washington, estará marcada por un desafío monumental: cerrar un déficit presupuestario de más de $12 mil millones proyectado para los próximos cuatro años. Los líderes demócratas, que dominan ambas cámaras del Congreso estatal, han comenzado a delinear estrategias que incluyen nuevos impuestos para sostener programas clave en áreas como educación, vivienda y salud mental.
Laurie Jinkins, presidenta de la Cámara de Representantes, y Jamie Pedersen, líder de la mayoría del Senado, destacaron recientemente que será imposible cubrir el déficit solo con recortes. Entre las ideas más discutidas figura un impuesto sobre el patrimonio, que impondría una contribución del 1% a los activos que superen los $100 millones. Este plan, parte del presupuesto del gobernador saliente Jay Inslee, podría recaudar $10,300 millones en cuatro años y afectaría a aproximadamente 3,400 residentes del estado.
Mientras tanto, los republicanos han rechazado enérgicamente estas propuestas. John Braun, líder de la minoría en el Senado, calificó el problema como “un asunto de gastos excesivos” y señaló que el presupuesto estatal ha crecido drásticamente en los últimos años. “No necesitamos más ingresos, sino priorizar los recursos existentes”, argumentó. Otras medidas fiscales propuestas incluyen recargos temporales para grandes empresas e impuestos específicos sobre ventas de armas y municiones.
La sesión, que comienza el 13 de enero, no solo estará centrada en asuntos fiscales. Los legisladores también debatirán una iniciativa para limitar los aumentos de alquiler a un 7% anual, una propuesta que ya fracasó en años anteriores, pero que vuelve a ganar apoyo. Además, se espera que temas como la expansión de viviendas asequibles, la contratación de más agentes policiales y la inversión en escuelas públicas figuren entre las prioridades clave.
Con el telón de fondo de estas discusiones, los demócratas insisten en que los nuevos impuestos son esenciales para mantener los servicios que los residentes del estado necesitan. Sin embargo, la oposición republicana promete un intenso debate, defendiendo la necesidad de un enfoque más austero que permita al estado “vivir dentro de sus posibilidades”.
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