Última actualización el 15 de noviembre de 2024
Washington D.C. – El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) anunció el jueves 7 de noviembre, que impidió un presunto complot iraní para asesinar al presidente electo Donald Trump en el período previo a las elecciones. La denuncia penal, presentada en un tribunal federal en Manhattan, acusa a un funcionario anónimo de la Guardia Revolucionaria de Irán de haber planificado el seguimiento y, finalmente, el asesinato de Trump. Adicionalmente, dos personas fueron arrestadas por su participación en este complot.
El fiscal general Merrick Garland señaló que el Departamento de Justicia ha identificado y acusado a un agente del régimen iraní, quien habría coordinado una red criminal para ejecutar el asesinato de Trump y otras figuras críticas del gobierno iraní en territorio estadounidense. Garland declaró que “el Departamento de Justicia no tolerará los intentos del régimen iraní de poner en peligro al pueblo estadounidense y la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Farhad Shakeri, un ciudadano iraní que actualmente se encuentra prófugo y es señalado como el organizador del complot, fue deportado de Estados Unidos en 2008 después de cumplir una sentencia en prisión. Según las autoridades, a Shakeri se le ordenó elaborar un plan para asesinar a Trump y vigilar a otros ciudadanos estadounidenses de origen judío en Nueva York, a cambio de una suma de $500,000 dólares por cada objetivo.
El Departamento de Justicia también arrestó a Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, residentes de Nueva York, acusados de colaborar con Shakeri en un plan para asesinar a un ciudadano estadounidense de origen iraní, crítico abierto del régimen iraní. Las autoridades aseguran que Rivera y Loadholt pasaron meses vigilando a una persona, conocida como Víctima-1, en diversos lugares, incluyendo la Universidad de Fairfield, con el propósito de ejecutarla a cambio de una promesa de pago de 100,000 dólares.
Los tres acusados enfrentan cargos de asesinato a sueldo, conspiración para cometer asesinato a sueldo y conspiración para lavar dinero, cada uno con posibles condenas de hasta 20 años de prisión. Shakeri también enfrenta cargos por proporcionar apoyo material a una organización terrorista extranjera y violar sanciones económicas contra Irán, que podrían añadir más años a su condena. El Departamento de Justicia ha confirmado que la investigación continúa para desarticular la red de apoyo iraní en territorio estadounidense.
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