Última actualización el 14 de noviembre de 2024
Washington D.C. – En los últimos meses de su mandato, Donald Trump tomó decisiones profundamente controvertidas sobre las ejecuciones federales y el uso de los fondos de ayuda humanitaria, revelando un patrón en su forma de gobernar que ha generado amplias críticas. Durante diciembre de 2020, mientras la nación se enfrentaba a la pandemia y la incertidumbre electoral, Trump ordenó la ejecución de varios prisioneros federales, rompiendo con décadas de relativa contención en la aplicación de la pena capital en el ámbito federal. El caso más notable fue el de Brandon Bernard, cuya ejecución fue llevada a cabo a pesar de las peticiones de clemencia, incluso de celebridades como Kim Kardashian, lo que resaltó el enfoque de Trump en las lealtades políticas para tomar decisiones de vida o muerte.
Según reporta Rolling Stone, Trump permitió que el partidismo influyera en su decisión sobre la ejecución de Bernard, preguntando específicamente si uno de los familiares de las víctimas del crimen había votado por él. Este comportamiento, que entremezcla la justicia con la política, refleja cómo el expresidente manejó diversas situaciones críticas durante su tiempo en la Casa Blanca. Bernard no fue la única ejecución federal bajo su mandato: en seis meses, el gobierno federal llevó a cabo 13 ejecuciones, una cifra sin precedentes en décadas.
El uso de la ayuda humanitaria también ha sido otro terreno en el que Trump ha aplicado tácticas similares. Durante su campaña de 2024, Trump amenazó con retener fondos federales para combatir incendios en California si el gobernador Gavin Newsom no cedía a sus demandas sobre políticas hídricas. Esta amenaza, pronunciada en un mitin, ha sido vista como una estrategia de presión política que podría expandirse a otras situaciones de emergencia si Trump gana un segundo mandato. Ya se vio una táctica similar en 2018 cuando Trump condicionó la ayuda para incendios forestales en función del apoyo electoral que recibió de las áreas afectadas.
Además, Trump ha amenazado reiteradas varias veces que, de ser reelegido, en su primer día en el cargo firmará una orden ejecutiva para poner fin a la concesión automática de la ciudadanía estadounidense a “hijos de inmigrantes indocumentados”. Este tema, parte de su retórica antiinmigrante, se ha presentado como una política clave en su agenda para 2024, lo que refuerza su enfoque de priorizar a aquellos que considera políticamente leales.
En uno de sus discuros de inicio de campaña Trump dijo que “En el primer día de mi nuevo mandato, firmaré una orden ejecutiva dejando en claro a las agencias federales que, según la interpretación correcta de la ley, en el futuro, los futuros hijos de inmigrantes indocumentados no recibirán la ciudadanía estadounidense automáticamente”. Cabe destacar que la idea de abolir la ciudadanía por derecho de nacimiento, consagrada en la Decimocuarta Enmienda, sería un cambio radical en la ley estadounidense, y ha sido vista por expertos como una amenaza a los derechos fundamentales.
Sé el primero en comentar