Olympia – Antes del inicio de la próxima sesión legislativa que esta pautada para iniciar el lunes 13 de enero de 2025, el senador estatal republicano Phil Fortunato anunció su intención de reintroducir un proyecto de ley para poner fin a la Ley del Estado Santuario de Washington. Vale la pena destacar que, la legislación, conocida como Keep Washington Working Act y aprobada en 2019, prohíbe la cooperación entre las fuerzas del orden locales y las autoridades federales de inmigración, protegiendo a los inmigrantes de transferencias directas a la custodia del ICE.
Fortunato defendió su propuesta señalando que se trata de una medida para reforzar la seguridad pública. “No se trata de inmigración, se trata de criminales ilegales”, afirmó en una rueda de prensa realizada recientemente. Según el senador, el proyecto facilitaría que las autoridades federales detengan a personas consideradas peligrosas mientras están bajo custodia en cárceles locales, en lugar de realizar arrestos en las comunidades.
Grupos de defensa de los inmigrantes, como el Washington Immigrant Solidarity Network (WAISN), expresaron su preocupación por el resurgimiento de este tipo de propuestas. Vanessa Reyes, directora de políticas de WAISN, advirtió que leyes de este tipo promueven el miedo entre las comunidades inmigrantes. “El estatus migratorio no es una razón para que nuestra policía local participe en la aplicación de leyes federales”, declaró Reyes, destacando el impacto negativo de estas iniciativas.
El senador Jamie Pedersen, líder de la mayoría demócrata, fue consultado sobre las posibilidades de que el proyecto de Fortunato avance en la próxima sesión legislativa. Pedersen se mostró escéptico, sugiriendo que la propuesta probablemente enfrentará el mismo destino que otros proyectos similares del senador republicano, los cuales no han prosperado en el pasado.
A pesar de las pocas posibilidades de éxito legislativo, los defensores de los derechos de los inmigrantes insisten en que propuestas como esta generan incertidumbre y desconfianza entre las comunidades, afectando tanto a inmigrantes legales como indocumentados. El debate continúa, mientras Washington se prepara para una nueva etapa de tensiones políticas sobre el futuro de la política migratoria en el estado.
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