Washington D.C. – La directora del servicio secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha rechazado los pedidos bipartidistas de renuncia tras las fallas de seguridad que permitieron que un posible asesino hiriera al candidato presidencial republicano Donald Trump. La negativa de Cheatle a proporcionar detalles sobre el incidente ha irritado a los legisladores. Tanto el presidente republicano del comité de supervisión de la cámara de representantes, James Comer, como el principal demócrata, Jamie Raskin, han solicitado su renuncia.
«Este comité no es conocido por su modelo de bipartidismo, y creo que hoy nos hemos unido unánimemente en nuestra decepción», dijo Comer a Cheatle. «No tenemos la confianza de que usted pueda liderar». Raskin añadió que Cheatle había «perdido la confianza del Congreso en un momento muy urgente y delicado en la historia del país, y necesitamos superar esto rápidamente».
Durante una audiencia que se extendió por más de cuatro horas y media, Cheatle calificó el tiroteo del 13 de julio como «el fracaso operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas», comparándolo con el intento de asesinato del ex presidente Ronald Reagan en 1981. Sin embargo, rechazó repetidamente los pedidos de renuncia y afirmó: «Creo que soy la mejor persona para dirigir el Servicio Secreto en este momento».
El tiroteo ocurrió en un mitin de campaña al aire libre en Butler, Pensilvania, donde Trump resultó herido en el oído. Un asistente al mitin murió y otro resultó herido. El presunto tirador, Thomas Crooks, un asistente de un asilo de ancianos de 20 años, fue abatido por la policía. No está claro cuál fue su motivo para el tiroteo. La audiencia del lunes fue la primera ronda de supervisión del congreso sobre el intento de asesinato.
Ante las acusaciones republicanas de que el Servicio Secreto negó recursos para proteger a Trump, Cheatle afirmó que la seguridad del expresidente había aumentado antes del tiroteo. «El nivel de seguridad brindado al expresidente aumentó mucho antes de la campaña y ha ido aumentando constantemente a medida que evolucionan las amenazas», dijo Cheatle. Sin embargo, se negó a responder preguntas específicas sobre el perímetro de seguridad y las decisiones tomadas, citando múltiples investigaciones en curso que se completarán en 60 días, lo que provocó frustración y acusaciones de obstrucción por parte de los legisladores.
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