La separación familiar es uno de los mayores temores en las comunidades migrantes, donde la detención o deportación de un padre puede dejar a los menores en situación de vulnerabilidad. ©️ Latino Herald

Latino Herald presenta una serie de artículos enfocados en los residente en el sur del Condado Snohomish, y son patrocinados por Verdant Health Commission.

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Condado de Snohomish, WA — En una entrevista que realizó recientemente con el New York Times para promover su último libro, la escritora Isabel Allende explicaba de qué manera intentó proteger a sus hijos cuando tuvo que huir de su natal Chile.

“Intentamos proteger a los niños del miedo; vivíamos con terror. El miedo es algo muy generalizado que transforma a la sociedad, cambia la forma en que las personas se tratan unas a otras e interiormente te transforma. Algo se rompe dentro de ti”.

Aunque el contexto que describe Allende es diferente, a nivel humano, el concepto del miedo es el mismo en cualquier circunstancia. En la actualidad, las comunidades inmigrantes, así como las poblaciones marginadas y vulnerables, viven con una sensación de alarma y temor permanente debido a la propaganda de terror impulsada a nivel federal.

Todo el mundo sabe que la cuestión migratoria es una herramienta política que, con la infusión adecuada de pavor y extensa publicidad, está logrando su objetivo: que miles de personas indocumentadas terminen auto-deportándose para evitar vivir su día a día con el temor de ser arrestados por ICE, y quizá, enviados a una prisión para terroristas en Centroamérica. Hay abogados de inmigración que están aconsejando a personas nacidas en Estados Unidos que no salgan del país, para evitar un posible hostigamiento de las autoridades migratorias a su regreso. 

Los residentes permanentes también han comenzado a limitar sus viajes internacionales ante el temor de complicaciones legales a su regreso.

Los residentes permanentes y los ciudadanos naturalizados también están cancelando viajes al exterior que no son absolutamente necesarios, por temor a perder su estatus migratorio por cualquier capricho de las autoridades.

Y en la parte más honda del barril se encuentran quienes no tienen documentos.

Debido a ese temor constante, fue difícil conseguir a alguien que se atreviera a dar su testimonio y que, además, se animara a relatar cómo se sienten sus hijos menores de edad ante esta situación generalizada en cada rincón de una nación a la que ya muchos no consideran su hogar.

Prometimos guardar el anonimato de quienes participaran en este reportaje, y al fin logramos que una mujer que trabaja activamente en labores comunitarias en el sur del condado Snohomish nos dedicara unos minutos de su tiempo.

Para efectos prácticos, nos referiremos a ella como “Magdalena”.

Magdalena, compartió cómo el temor a la separación familiar impacta la vida cotidiana de su familia.

Ella y su esposo han estado aquí por más de dos décadas y no han podido regularizar su situación migratoria.

“A mis hijos les afecta porque saben que el día de mañana se pueden llevar a sus papás (a México) y quién sabe cuándo nos vuelven a ver”.

Magdalena afirma que, de manera consciente, ella y su esposo han decidido no vivir con el temor a flor de piel —admite que lo siente, pero lo oculta— para no transmitirlo a sus niños. Dice que lo que va a pasar, pasará, y que prefieren dejarlo “en manos de Dios, pues no pueden hacer más”. Aclara que sus tres hijos son ciudadanos por nacimiento y que ellos saben que no los pueden deportar, pero el temor a ser separados de sus padres no es poca cosa para un menor de edad.

Magdalena cuenta que su hijo de 11 años le ha contado que varios de sus compañeros no quieren ir a clases por temor a que los deporten.

“Mi niño chiquito me dice que sus amiguitos no quieren ir a la escuela porque va a llegar el ICE y que se los va a llevar, y me pregunta mi niño ‘¿a mí no me van a llevar, verdad?’ y le digo, no, a ti no te pasa nada… o sea, ellos se enteran por las redes sociales, y en la escuela les dicen que no tengan miedo, que ellos están protegidos, pero aún así pues escuchan las murmuraciones. De hecho, en la escuela donde va mi niño, me dijo la maestra que había subido mucho el porcentaje de los niños centroamericanos, es decir, que llegaron más alumnos ahora”.

Tocando el tema de las redes sociales y el pánico que se puede diseminar fácil y rápidamente por las numerosas plataformas digitales, Magdalena nos relata lo que se comenta en su círculo de amistades y conocidos.

“Las asociaciones de ayuda nos estuvieron diciendo que no metiéramos miedo a la gente porque luego veían una camioneta con las rayas verdes en las puertas y ya pensaban que era inmigración y que ya estaban en cierta tienda y no sé qué, entonces, no metan esa incertidumbre a la gente, y ya de ahí mucha gente se fue calmando porque al principio sí decían que habían visto a ICE en Everett, o que en Lynnwood, que en Edmonds, o en Seattle”.

En este contexto, es importante señalar que el estado de Washington —aunque no exento de desafíos— no ha adoptado leyes que promuevan la colaboración entre las fuerzas del orden locales y las autoridades migratorias, a diferencia de lo que ocurre en estados como Florida, Texas y varios más.

Juan y Ana, otra pareja con una historia similar, nos contaron que su mayor preocupación siempre ha sido el bienestar de sus hijos. Ante la incertidumbre de su situación migratoria, acudieron a una notaría para otorgar un poder legal a un familiar, buscando asegurar que, en caso de no poder estar presentes, alguien pueda proteger y cuidar de sus pequeños.

Juan y Ana firman un documento para otorgar permiso a algún familiar que se encargue de sus hijos en caso de detención o deportación. ©️ Latino Herald.
Notaria Maribel Sánchez, puede contactarse con ella al email: m_sanchezortega@outlook.com

Como un paso adicional para entender cómo esta situación afecta a la juventud y, en general, a la comunidad del sur del condado Snohomish, invitamos a conversar al oficial Cole Langdon, jefe de policía de la ciudad de Lynnwood, para que nos diera su perspectiva sobre la agencia local a su mando y la interacción con las autoridades migratorias.

Cole Langdon, jefe de policía de Lynnwood, subraya que su prioridad es servir y proteger a la comunidad local, independientemente del estatus migratorio de sus residentes. ©️ Latino Herald.

“Cumpliremos con la ley, y existe una ley muy específica: ‘Mantengamos a Washington trabajando’, misma que restringe considerablemente la interacción entre las fuerzas del orden locales y estatales y los agentes de inmigración del gobierno federal. Esta medida es muy restrictiva, y limita las interacciones con inmigración a ciertos casos en los que se ha cometido un delito muy grave, puede ser terrorismo, o crimen a nivel interestatal, o situaciones que llegan a un nivel en el que el estatus migratorio de la persona también podría influir. De hecho, es poco frecuente que interactuemos con ellos. Sin embargo, reconocemos la dinámica actual de miedo entre la gente, sabemos que hay mucha incertidumbre, pues han sucedido muchas cosas por todo el país que han generado temor. Por ello queremos asegurarnos de que nuestra comunidad sepa que primero estamos aquí para servirles, que somos de y para la comunidad, que vivimos aquí, que trabajamos aquí, y que queremos cuidar de las personas de nuestra comunidad. La inmigración no es nuestro ámbito. Por lo tanto, queremos que nuestros vecinos sepan, sin importar su origen migratorio, que si son víctimas de un crimen o testigos de un delito, estamos aquí para ustedes”.

El jefe de policía de Lynnwood, Cole Langdon, conversa con la doctora Julieta Altamirano-Crosby, ex concejal de Lynnwood y actual comisionada del PUD, sobre los esfuerzos comunitarios para informar a la población migrante del condado. © Latino Herald

“Queremos que quede claro que el Departamento de Policía de Lynnwood, y francamente, los demás departamentos de policía de la región, están aquí para servir a nuestras comunidades. Nuestra fortaleza reside en tener la confianza de que, cuando nos llamen para solicitar ayuda, estaremos allí para ayudar, no para empeorar la situación… el estatus migratorio no debería ser parte de la conversación”.

Para entender mejor el marco legal que respalda esta protección, es importante recordar que en 2019 Washington promulgó la ley conocida como “Keep Washington Working” (“Mantengamos a Washington Trabajando”). Esta legislación limita la colaboración entre las agencias estatales y locales de cumplimiento de la ley con las autoridades federales de inmigración. Bajo esta ley, los departamentos de policía y otras entidades públicas no pueden detener, interrogar o entregar personas a inmigración basándose únicamente en su estatus migratorio. El objetivo principal es asegurar que todas las personas, independientemente de su situación migratoria, puedan vivir y trabajar en el estado sin temor a ser objeto de acciones de deportación arbitrarias, y fomentar la confianza en las instituciones públicas locales.

 En la próxima entrega de este reportaje, analizamos el estigma que prevalece en los servicios de salud mental para jóvenes y niños, y de qué manera se puede acceder a esta asistencia tan necesaria —pero tan rechazada— en nuestras comunidades.

Si ves algún error de cualquier tipo en esta información puedes escribirnos al email: info@latinoherald.com.


Latino Herald presenta una serie de artículos enfocados en los residente en el sur del Condado Snohomish, y son patrocinados por Verdant Health Commission.


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