Olympia, WA – El mercado de alquiler en Seattle continúa encareciéndose, con el precio promedio alcanzando los $2,026 a inicios del mes de marzo, de acuerdo con el más reciente informe de Apartment List. Esta cifra representa un aumento del 0,9% en el último mes y un 1,9% en comparación con el año anterior, situando a la ciudad por encima del promedio estatal y desafiando la tendencia nacional, donde los precios han disminuido en los últimos 12 meses.
De acuerdo al informe, Seattle se encuentra entre las 20 ciudades más costosas para alquilar en Estados Unidos, ocupando el puesto 16 en el ranking de las 100 más grandes. Con un costo de renta 47% superior al promedio nacional de $1,375, la ciudad se alinea con mercados como Los Ángeles y Oakland. Aunque los incrementos no han sido tan abruptos como en 2021, cuando los precios se dispararon un 23%, el alza sigue marcando una presión constante sobre los inquilinos.
En comparación con su área metropolitana, Seattle mantiene precios más elevados. Mientras que el promedio regional se sitúa en $1,962, la cifra dentro de la ciudad es un 3% superior. Sammamish lidera como el mercado de alquiler más costoso de la zona con un promedio de $2,950, mientras que Lakewood se posiciona como la opción más asequible con $1,370. En términos de variaciones anuales, Mountlake Terrace ha registrado el mayor aumento, con un 6,6%, mientras que Lakewood ha sido la única en ver una reducción, con una baja del 1,9%.
El informe también revela que Seattle se ubicó en el puesto 18 a nivel nacional en cuanto a incremento de alquileres mensuales en febrero, con un 0,9% de alza, igualando a Memphis y superando ligeramente a Nueva York, donde el aumento fue del 0,8%. Estos datos reflejan una dinámica de vivienda en la que la demanda y los costos siguen en ascenso.
De cara a los próximos meses, se espera que los precios de las rentas continúen su tendencia al alza, aunque con un ritmo más moderado que en años anteriores. La combinación de altos costos y una demanda sostenida mantiene a Seattle como una de las ciudades más costosas para vivir en Estados Unidos, sin señales claras de un alivio significativo para los arrendatarios.
