En la madrugada, mucho antes de que abran las puertas del banco de alimentos Food Depot en Santa Fe, Nuevo México, decenas de vehículos ya esperan en fila. Familias enteras, obreros y hasta conductores de taxi fuera de turno aguardan por víveres básicos: pollo congelado, papas y leche. Para muchos, el apoyo federal que reciben a través del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) apenas alcanza para unos días. Sin embargo, la situación está por complicarse con la inminente reducción de los beneficios SNAP.
De acuerod con un artículo del The Economist, el Congreso ha aprobado una reforma legislativa bajo la llamada Ley One Big Beautiful Bill, que reducirá en un 15 % el presupuesto de SNAP para 2034. Este ajuste amenaza directamente a estados como Nuevo México, donde el 20 % de la población depende del programa, la mayor proporción en el país.
Según estimaciones oficiales, el recorte implicará una pérdida de entre 224 y 352 millones de dólares en el primer año solo para Nuevo México. Además, casi 60,000 personas podrían quedar excluidas del programa, una cifra que alarma a organizaciones humanitarias y autoridades locales.

Washington también enfrenta una posible crisis alimentaria por recortes SNAP
Aunque el foco ha estado en estados con los índices de pobreza más altos, el estado de Washington también se ve profundamente afectado por los cambios legislativos al SNAP.
Durante el año fiscal 2024, un promedio mensual de 888,300 personas en Washington recibieron asistencia alimentaria, lo que representa aproximadamente el 11.2 % de su población. En marzo de 2025, la cifra superó los 908,000 beneficiarios, y algunas estimaciones oficiales, incluyendo las del gobernador Bob Ferguson, elevan ese número hasta 1 millón de personas, dependiendo del sistema de medición utilizado.
El nuevo paquete federal no solo reducirá el monto máximo de los beneficios SNAP, sino que también endurecerá los requisitos laborales. Esta combinación podría excluir del programa a más de 130,000 residentes del estado y reducir la ayuda económica a muchas otras personas en situación de vulnerabilidad, acentuando la inseguridad alimentaria.
A pesar de haber registrado un descenso tras el pico de 2013 —cuando más de 1.1 millones de personas accedían mensualmente a SNAP en Washington—, la cifra ha vuelto a estabilizarse en torno a los 900,000 beneficiarios, reflejando el repunte de la inseguridad alimentaria en la región. En términos simples: 1 de cada 10 personas en Washington depende hoy del programa SNAP para poder alimentarse.
Un programa vital en la mira del Congreso
SNAP, anteriormente conocido como el programa de cupones de alimentos, nació en la era del New Deal con la intención de canalizar excedentes agrícolas hacia las familias más necesitadas. Actualmente, más de 42 millones de estadounidenses reciben esta asistencia, destinada a quienes viven por debajo del 130 % del umbral federal de pobreza (unos $3,400 mensuales para una familia de cuatro).
Los beneficios del programa son ampliamente documentados. Investigaciones muestran que reduce gastos médicos, mejora las oportunidades de los niños en el largo plazo y actúa como un salvavidas económico durante crisis. Sin embargo, los costos se han elevado considerablemente: de $60 mil millones en 2019 a $100 mil millones en 2024.
Cambios estructurales y nueva carga para los estados
Uno de los aspectos más controversiales de la nueva ley es que, por primera vez, los estados tendrán que cofinanciar el programa, especialmente si cometen errores al distribuir las ayudas. A partir de 2028, aquellos con tasas de error por encima del 10 % deberán cubrir hasta el 15 % del costo.
Esto representa un gran desafío para estados con alta dependencia del programa, como Nuevo México y Washington. Aunque algunos ya implementan mejoras técnicas y procesos más rigurosos de evaluación. Estas limitaciones presupuestarias podrían obligarlos a redirigir fondos, subir impuestos o dificultar el acceso al programa para nuevos solicitantes.
Riesgo de retroceso social y la importancia de los beneficios SNAP
Expertos advierten que este rediseño puede debilitar un sistema que, aunque imperfecto, ha sido esencial en tiempos de crisis. “Si ocurre una recesión, podríamos ver a varios estados abandonar el programa por completo”, señala Robert Greenstein, investigador de la Brookings Institution.
El SNAP ha sido uno de los pocos programas sociales con amplio alcance y visibilidad en EE. UU. Su debilitamiento no solo pone en riesgo el acceso a alimentos, sino que también puede tener efectos colaterales en la salud, la educación y la estabilidad de millones de familias, exacerbando la crisis alimentaria.
¿Cuál es el impacto principal de la Ley One Big Beautiful Bill en el programa SNAP?
La Ley One Big Beautiful Bill reducirá el presupuesto de SNAP en 15 % para 2034, lo que implica menos beneficios y requisitos más estrictos.
¿Cuántas personas en Washington podrían ser excluidas del programa SNAP?
Las nuevas condiciones y recortes del programa SNAP podrían dejar fuera a más de 130,000 residentes de Washington, según estimaciones.
¿Cómo cambiará la financiación del programa SNAP para los estados a partir de 2028?
A partir de 2028, los estados deberán cofinanciar el programa si sus tasas de error exceden el 10 %, cubriendo hasta el 15 % del costo de las prestaciones mal asignadas.
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