Seattle, WA – Un nuevo estudio del Instituto de Investigación Infantil de Seattle revela que los estudiantes de entre 11 y 17 años utilizan sus teléfonos celulares durante una cuarta parte del horario escolar. La investigación, considerada una de las más precisas hasta ahora, utilizó rastreadores invisibles instalados en los dispositivos para recopilar datos reales.
Esta tecnología permitió conocer con exactitud cuánto tiempo los adolescentes están en sus pantallas y qué tipo de contenido consumen. El hallazgo más relevante es que los jóvenes pasan en promedio 90 minutos en sus celulares durante la jornada escolar, lo que representa una distracción significativa para el aprendizaje y la interacción social.
Nueva política en escuelas del Valle de Snoqualmie
En respuesta a esta tendencia, la Escuela Preparatoria Mount Si y el Distrito Escolar del Valle Snoqualmie adoptaron una nueva política de restricción de celulares. Desde este año, los estudiantes deben apagar y guardar sus dispositivos durante las clases.
Durante los cambios de clase y la hora del almuerzo es cuando pueden revisar sus teléfonos. Peter Winder, estudiante de tercer año, comenta que aprovecha esos momentos para ver resultados deportivos en ESPN. Sin embargo, admite que olvidó guardar su celular al comenzar la clase y su profesor se lo confiscó durante todo el período.
La profesora Liz Steiner celebra estos cambios. «Es bueno porque ha sido menos como ‘oigan, guarden sus teléfonos’ y más como: ‘ah que bien, podemos empezar'», afirmó, destacando la mejora en la dinámica de clase.
Resultados del estudio sobre uso de celulares en escuelas
Los investigadores querían determinar con precisión el impacto del uso de celulares durante el horario escolar. Para ello, colocaron rastreadores en los dispositivos de adolescentes de todo el país.
Estos rastreadores revelaron que los estudiantes accedían principalmente a aplicaciones recreativas como YouTube, Instagram y TikTok, en lugar de plataformas educativas. Según el Dr. Dimitri Christakis, experto en niños y uso de pantallas, este comportamiento implica una pérdida de atención hacia los profesores y menor interacción con los compañeros.
La ventaja de esta metodología es que no dependía de la honestidad ni de la memoria de los estudiantes, lo que brinda un nivel de confiabilidad superior en los datos. Este respaldo empírico refuerza las decisiones de algunos distritos escolares de restringir el acceso a celulares.
Opiniones de los estudiantes y conclusiones del experto
Caitlyn Hemphill, también estudiante de tercer año, asegura que mantener el celular guardado le facilita concentrarse. «Puedo llevarlo en la mochila y no pienso en recibir muchos mensajes», comentó.
Aunque el Dr. Christakis no emite recomendaciones directas a los distritos, señala que la escuela es un entorno ideal para limitar el uso de pantallas. «No puedo decir si esto es perjudicial o no para los alumnos, pero la escuela es un excelente lugar para controlar su tiempo frente a las pantallas», afirmó.
Mientras otros distritos desarrollan sus propias políticas, este estudio representa una base sólida para reflexionar sobre el uso responsable de la tecnología en el entorno educativo.
¿Cuál es el principal riesgo del uso de celulares en clase?
El principal riesgo es la distracción que generan los contenidos recreativos, afectando la atención en clase y la socialización entre estudiantes.
¿Qué aplicaciones usan más los estudiantes en horario escolar?
Según el estudio, las más comunes son YouTube, Instagram y TikTok, que no aportan al proceso educativo.
¿Cómo reaccionan los estudiantes ante la política de restricción?
Muchos estudiantes reconocen que es más fácil concentrarse sin el celular a la vista y valoran el tiempo libre de notificaciones.
Fuente: KOMO News.
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