
Olympia, WA – Washington avanza con fuerza en la protección de sus comunidades frente a los peligros del plomo. El gobernador Bob Ferguson oficializó la entrada en vigor de la ley SB 5494, una norma clave que devuelve al Departamento de Comercio estatal la capacidad plena para manejar programas de prevención del plomo sin depender del gobierno federal. Esta decisión busca enfrentar una situación preocupante: algunas áreas del estado presentan tasas alarmantes de contaminación por plomo en viviendas, y Washington lidera en el oeste del país los casos de niños con niveles elevados de este metal en la sangre.
De acuerdo con un comunicado emitido el lunes 5 de mayo por el departamento de comercio, la nueva ley resuelve un error legislativo de más de una década. Aunque en 2010 el estado adoptó el Programa de Renovación, Reparación y Pintura (RRP), la autorización formal para administrarlo nunca fue integrada correctamente al marco legal estatal. En 2024, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) advirtió que si esta omisión no se solucionaba antes de 2025, el estado perdería su facultad para dirigir el programa. Con la aprobación de la SB 5494, se resuelve el problema y se elimina la necesidad de contar con financiamiento federal para operar estos esfuerzos.
A partir del 27 de julio de 2025, el Departamento de Comercio tendrá la autoridad completa para dirigir sus programas de mitigación del plomo y podrá definir su propia estructura de tarifas, facilitando su sostenibilidad financiera. El acto de firma, que tuvo lugar rodeado de hijos de trabajadores del departamento, sirvió también como oportunidad para destacar el respaldo legislativo que recibió la norma, promovida por la senadora Claudia Kauffman. La medida alinea a Washington con otros programas estatales autosuficientes.
Actualmente, el Departamento de Comercio lidera dos frentes clave: el programa RRP y el Programa de Actividades con Pintura a Base de Plomo (LBPA), con formación en inglés y español. Ambos buscan reducir los riesgos de exposición al plomo en hogares construidos antes de 1978. Aunque este tipo de pintura fue prohibida para uso residencial hace décadas, sigue siendo una amenaza latente, especialmente para las comunidades de bajos ingresos, familias migrantes y sectores históricamente marginados.
Expertos y colaboradores del sector, como Steve Hoff, cuya empresa ofrece capacitación en seguridad con plomo, destacaron la efectividad del enfoque estatal en educar, más que sancionar. En paralelo, la funcionaria Jennifer Caraway reportó que solo en el último año se atendieron más de 4,000 solicitudes de asistencia técnica. Con esta nueva legislación, Washington consolida su compromiso con la salud pública y marca un camino claro para proteger a las generaciones actuales y futuras de los efectos nocivos del plomo.
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