
Washington, D.C. — El presidente Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva que ordena a todas las agencias federales y a la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB) que detengan tanto el financiamiento directo como indirecto a las emisoras públicas PBS y NPR, acusándolas de no cumplir con estándares de imparcialidad en su cobertura informativa.
La orden, publicada oficialmente por la Casa Blanca el 1 de mayo, argumenta que en el actual panorama mediático —“abundante, diverso e innovador”— no es necesario que el gobierno federal subsidie a medios informativos, y que hacerlo “corroe la apariencia de independencia periodística”. El texto añade que “ningún medio de comunicación tiene un derecho constitucional a los subsidios de los contribuyentes” y sostiene que tanto NPR como PBS “no presentan una cobertura justa, precisa o imparcial de los acontecimientos actuales”.
En virtud del decreto, la CPB deberá cancelar todos los fondos existentes dirigidos a NPR y PBS en la medida que lo permita la ley, y revisar sus criterios de elegibilidad para el financiamiento en los ciclos 2024 y 2025 a fin de prohibir su uso, directo o indirecto, en beneficio de estas cadenas. Asimismo, ordena a otras agencias federales identificar cualquier contrato, subvención o mecanismo de apoyo que pueda estar beneficiando a NPR y PBS y cancelarlo en la medida de lo posible. La orden también solicita al Departamento de Salud y Servicios Humanos revisar el cumplimiento de las emisoras con las leyes antidiscriminatorias.
Límites legales: el Congreso mantiene el control del presupuesto
Aunque la orden ejecutiva tiene un fuerte impacto simbólico y operativo, el financiamiento principal a la CPB —y por ende a PBS y NPR— depende del Congreso de Estados Unidos, que es quien aprueba el presupuesto federal cada año. La CPB, creada por ley en 1967, actúa como intermediaria entre los fondos públicos y las estaciones afiliadas. Por tanto, la eliminación total de esos fondos requeriría una acción legislativa, no solo una orden presidencial.
La firma de esta orden forma parte de una serie de medidas impulsadas por Trump para limitar o condicionar el financiamiento a instituciones culturales, artísticas y mediáticas que considera ideológicamente adversas. Desde que asumió su segundo mandato en enero de 2025, Trump ha promovido recortes presupuestarios a museos, bibliotecas, centros culturales e incluso a organismos como el Centro Kennedy para las Artes Escénicas y la Fundación Nacional para las Humanidades.
Críticos de la medida advierten que recortar los fondos a PBS y NPR podría afectar de manera desproporcionada a comunidades rurales y de bajos ingresos, donde estas emisoras públicas son, en muchos casos, la única fuente de noticias y contenido educativo gratuito.