Olympia, WA – El gobernador de Washington, Bob Ferguson, encendió las alarmas tras responder públicamente a una amenaza del presidente Trump en redes sociales. Trump amenazó con suspender la entrega de fondos federales a estados que respalden las denominadas “ciudades santuario”, lo que puso en el centro del debate la estabilidad fiscal y la autonomía legal de estas entidades.
Ferguson señaló que el estado enfrenta un déficit significativo, cercano a los 16 mil millones de dólares, y que aproximadamente una cuarta parte del presupuesto depende de recursos provenientes del gobierno federal. La posible retención de estos fondos unos 43 mil millones por bienio (por un periodo de 2 años) representaría un duro golpe a servicios clave como salud pública, educación, asistencia social y programas de emergencia.
En medio de esta tensión, el gobernador defendió la legislación estatal que regula la colaboración entre autoridades locales y agencias federales en materia migratoria. Aseguró que esta normativa cumple con la ley federal vigente y permite a los cuerpos policiales administrar de forma más eficiente sus limitados recursos. Ferguson agregó que su administración está preparada para responder legalmente si se concretan medidas que considere fuera del marco constitucional.
La estrategia del estado incluye una estrecha coordinación con la fiscalía general para proteger los programas financiados por el gobierno federal. Ferguson advirtió que no permitirá recortes arbitrarios que puedan afectar directamente a miles de residentes vulnerables. Entre los servicios en riesgo mencionó Medicaid, asistencia infantil y educación pública.
Finalmente, el mandatario instó a los legisladores estatales a actuar con urgencia y elaborar planes de contingencia mientras continúa la sesión legislativa. A su juicio, la amenaza federal no solo es real, sino que exige una respuesta estratégica inmediata para asegurar que Washington mantenga su capacidad operativa frente a un posible escenario de recortes.
