Ante la creciente incertidumbre global, la Unión Europea ha lanzado una estrategia de preparación enfocada en fortalecer la capacidad de respuesta de los ciudadanos y gobiernos. La iniciativa destaca la importancia de que la población tenga reservas de alimentos, agua y otros suministros esenciales para afrontar las primeras 72 horas de cualquier crisis. La medida busca mitigar el impacto de amenazas como desastres naturales, ciberataques, pandemias o conflictos bélicos.
Hadja Lahbib, comisionada de gestión de crisis, enfatizó que las amenazas actuales son más complejas y requieren un enfoque coordinado. Además de la preparación individual, la UE plantea crear una reserva estratégica con recursos clave, incluyendo equipos médicos, medios de transporte especializados y tecnología para enfrentar riesgos químicos y biológicos.
El contexto geopolítico ha impulsado esta iniciativa. Las tensiones con Rusia y el llamado de Estados Unidos a que Europa asuma más responsabilidad en su seguridad han hecho evidente la necesidad de una respuesta estructurada. La OTAN ha advertido sobre el posible recrudecimiento de conflictos en la región antes de 2030, lo que refuerza la urgencia de medidas preventivas.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, destacó la importancia de que ciudadanos y gobiernos cuenten con herramientas para actuar ante emergencias. Desde sistemas de alerta temprana hasta planes de evacuación, la clave es reducir la vulnerabilidad ante posibles crisis.
Algunos países europeos, como Francia, Suecia y Finlandia, ya han implementado estrategias similares. Sin embargo, la preparación varía entre los países. La UE busca fomentar una cultura de prevención que involucre a toda la sociedad, desde los ciudadanos hasta los sectores empresariales y científicos, con el fin de construir una Europa más resiliente y preparada para los desafíos del futuro.
