Olympia, WA – Este fin de semana, los residentes de Washington deberán adelantar sus relojes una hora debido al inicio del horario de verano, que entrará en vigor a las 2:00 am del domingo 9 de marzo y se extenderá hasta el 2 de noviembre. A pesar de los constantes debates sobre su eliminación, esta práctica sigue vigente en la mayoría de los estados, con excepción de Hawái, Arizona (salvo algunas comunidades nativas) y ciertos territorios que han optado por no utilizarlo.
El horario de verano se instauró oficialmente en el país con la aprobación de la Ley de Horario Uniforme en 1966, una medida que buscaba facilitar la logística del transporte y fortalecer la economía nacional. Aunque la estandarización de zonas horarias ya existía desde 1883, la ley federal estableció reglas claras para los cambios de horario y restringió la capacidad de los estados de modificarlas, salvo en casos de exención total.
En los últimos años, ha habido intentos de reformar esta política. En 2022, el Senado aprobó por unanimidad la Ley de Protección del Sol, que convertiría el horario de verano en el estándar permanente y permitiría a los estados ajustar sus horarios sin restricciones federales. Sin embargo, la iniciativa quedó estancada en la Cámara de Representantes, impidiendo su implementación. Mientras tanto, varios estados, incluido Washington, han aprobado leyes que harían permanente el horario de verano en caso de que el Congreso actualice las regulaciones federales.
El 8 de enero de 2025, los senadores Patty Murray (Washington) y Rick Scott (Florida) reintrodujeron la Ley de Protección del Sol, respaldados por otros 13 legisladores. Murray argumentó que la eliminación del cambio de horario beneficiaría la salud pública, la economía y la calidad de vida de los ciudadanos, al permitirles aprovechar más la luz natural. La propuesta cuenta con apoyo bipartidista, aunque su futuro en el Congreso aún es incierto.
El presidente Donald Trump ha expresado su intención de eliminar el horario de verano, aunque no ha tomado medidas concretas al respecto. Mientras el debate continúa, millones de personas deberán ajustar nuevamente sus relojes este fin de semana, sin la certeza de si será la última vez que lo hagan.
