Seattle – Las calles del vecindario de Belltown, en el centro de Seattle, se han convertido en un foco de preocupación para sus residentes, quienes denunciaron recientemente un aumento en el crimen y el tráfico de drogas. Peleas, consumo de sustancias a plena luz del día y campamentos improvisados han generado un clima de inseguridad que afecta tanto a quienes viven en la zona como a los negocios locales. En respuesta a estas denuncias, un alto mando de la policía se ha mostrado dispuesto a dialogar con la comunidad en busca de soluciones.
Los vecinos insisten en que la única manera de frenar esta situación es con medidas más estrictas y castigos concretos para quienes rompen las leyes. Según testigos, las disputas entre traficantes de drogas por el control del territorio han incrementado la violencia en el área. «Las peleas son constantes, ya sea por el control de la droga o por espacios para acampar», así lo señaló Kevin Dares, administrador de un edificio residencial en la zona a la televisora local KOMO 4.
Uno de los puntos más preocupantes es la presencia de traficantes en las inmediaciones de centros de atención social, donde personas en proceso de rehabilitación buscan ayuda para dejar las adicciones. De acuerdo con los vecinos, los vendedores de drogas operan con total impunidad en estos lugares, lo que agrava aún más la crisis. Aunque han reportado la situación en múltiples ocasiones a las autoridades, la respuesta suele ser temporal y los problemas regresan al poco tiempo.
Ante la creciente inquietud, el capitán de la policía de Seattle, Robert Brown, ha propuesto reunirse con la comunidad y comerciantes para evaluar nuevas estrategias de seguridad. Brown reconoció que, si bien se han implementado acciones para combatir la delincuencia, la lucha sigue siendo un reto para su equipo. Los habitantes valoran estos esfuerzos, pero consideran que se necesitan soluciones concretas y sostenibles.
«Sabemos lo que hay que hacer, no necesitamos más reuniones», enfatizó Dares. «Es momento de aplicar las reglas con firmeza y establecer límites claros». Mientras la comunidad espera la confirmación de la reunión con las autoridades, persiste la exigencia de medidas que garanticen la seguridad en Belltown y devuelvan la tranquilidad a sus calles.
