Última actualización el 14 de noviembre de 2024
Washington D.C. – El presidente Joe Biden designó el viernes un monumento nacional en el lugar del motín racial de 1908 en Springfield, Illinois. Esta tragedia, que resultó en la muerte de varios residentes negros y la destrucción de numerosos hogares y negocios de propietarios negros, refleja las tensiones raciales persistentes en Estados Unidos, incluso en los estados del norte, que a menudo eran considerados más acogedores para los residentes negros en comparación con el sur de Jim Crow.
La designación del monumento coincide con el 116.º aniversario de los disturbios raciales de Springfield y forma parte de un esfuerzo más amplio por reconocer el racismo sistemático en Estados Unidos y cómo su historia violenta ha influido en la sociedad moderna. Este monumento responde a los llamados de los progresistas para reconocer las contribuciones de los estadounidenses negros y examinar más críticamente cómo el racismo ha influido en la historia del país.
El motín fue desencadenado en agosto de 1908 tras el asesinato de un residente blanco, presuntamente a manos de un hombre negro, y el posterior caso de una acusación de violación que se reveló como falsa. La violencia que siguió llevó a la destrucción de propiedades y la brutalización de los residentes negros, y destacó la existencia de problemas raciales en el norte de Estados Unidos, un fenómeno a menudo asociado únicamente con el sur.
El monumento, titulado “Actos de Intolerancia” y creado por el artista Preston Jackson, está compuesto por dos esculturas en forma de chimeneas carbonizadas, que representan los edificios quemados durante los disturbios. Estas esculturas también incluyen representaciones de hombres tocando música y sosteniendo rifles, evocando temas de intolerancia y redención. La obra de Jackson busca fomentar la reflexión sobre el impacto duradero de estos eventos en la posición social actual y futura.
La designación del monumento tiene lugar poco después del asesinato de Sonya Massey, una mujer negra de 36 años que fue abatida por la policía en Springfield. Este contexto refuerza la relevancia de la conmemoración y el reconocimiento de las trágicas injusticias del pasado, en un momento en que las discusiones sobre el racismo y la violencia siguen siendo de gran importancia en la sociedad estadounidense.
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