Un nuevo estudio, publicado el miércoles 14 de agosto, sugiere que el número real de agresiones sexuales en las fuerzas armadas de Estados Unidos es significativamente superior a las estimaciones oficiales. Mientras el Departamento de Defensa reportó aproximadamente 35,900 casos en 2021 y 29,000 en 2023, esta investigación indica que las cifras reales podrían superar el doble, alcanzando una estimación de 75,569 casos en 2021 y 73,695 en 2023. Este hallazgo subraya una problemática persistente en la seguridad militar.
La verdadera magnitud de la violencia sexual militar
El estudio, realizado por el proyecto Costos de la Guerra del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown, revela datos preocupantes. Durante los años de la guerra de Afganistán, casi una cuarta parte de las mujeres en servicio activo y el 1.9% de los hombres en servicio activo fueron víctimas de agresión sexual. La investigación también destaca que las mujeres negras y los miembros militares LGBTQ+ enfrentaban una mayor probabilidad de sufrir acoso y agresiones sexuales en las fuerzas armadas.
A pesar de los esfuerzos continuos para abordar este problema, la prevalencia de la violencia sexual militar se ha mantenido en niveles altos. Jennifer Greenberg, profesora de la Universidad de Sheffield y autora del estudio, argumenta que durante las guerras posteriores al 11 de septiembre, la prioridad de mantener la preparación de la fuerza pudo haber permitido que el problema de las agresiones sexuales se agravara. Según Greenberg, esta prioridad ocultó la violencia interna y las desigualdades de género intrínsecas a las instituciones militares.
Respuestas institucionales y reformas pendientes
En respuesta al estudio, el Pentágono emitió un comunicado, indicando que sería «inapropiado comentar sobre la metodología de estudios no realizados por el departamento». No obstante, reafirmó su compromiso con la creación de un entorno que prevenga las agresiones sexuales en las fuerzas armadas, brinde apoyo a las víctimas y exija responsabilidades a los agresores. Esta postura refleja la sensibilidad y complejidad del tema de la seguridad militar.
En 2021, los legisladores estadounidenses aprobaron un proyecto de ley de defensa que reformó el sistema de justicia militar. Esta reforma eliminó la autoridad de los comandantes militares para decidir si procesar casos de violación o agresión sexual, una medida inspirada en parte por el trágico caso de Vanessa Guillén, una soldado de 20 años asesinada después de denunciar acoso sexual. Para más información sobre los derechos de las víctimas y apoyo en las fuerzas armadas, puede consultar recursos de organizaciones como el Departamento de Defensa de EE. UU. (DoD) (Oficina de Prevención y Respuesta a las Agresiones Sexuales).
¿Cuál es la diferencia entre las cifras oficiales y las del estudio sobre agresiones sexuales en las fuerzas armadas?
El Departamento de Defensa reportó alrededor de 35,900 casos en 2021 y 29,000 en 2023, mientras que el nuevo estudio estima que las cifras reales de agresiones sexuales en las fuerzas armadas podrían ser más del doble, con 75,569 casos en 2021 y 73,695 en 2023.
¿Qué grupos son más vulnerables a la violencia sexual militar según el estudio?
El estudio indica que las mujeres en servicio activo (casi una cuarta parte) y los miembros militares LGBTQ+ tenían más probabilidades de sufrir acoso y violencia sexual militar, así como las mujeres negras.
¿Qué reforma legal se implementó para abordar las agresiones sexuales?
En 2021, se aprobó una reforma que retiró a los comandantes militares la autoridad para decidir si procesar casos de violación o agresión sexual, transfiriendo esa decisión a un nivel superior, buscando mayor objetividad y justicia.