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México solicitó salvoconducto para el exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas

Última actualización el 14 de noviembre de 2024

Ciudad de México – El Gobierno mexicano ha solicitado a Ecuador un salvoconducto para que el exvicepresidente Jorge Glas Espinel pueda salir de su país, donde actualmente está encarcelado y en malas condiciones de salud, según el comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México este lunes. El político se encontraba resguardado en la embajada mexicana en Quito cuando, el 5 de abril, fuerzas armadas ecuatorianas irrumpieron en la embajada y lo sacaron a la fuerza, lo que originó un conflicto diplomático de alcance mundial que llevó a México a suspender relaciones con Ecuador. Hasta la fecha, las relaciones entre ambos países siguen en punto muerto. La solicitud de este salvoconducto podría reavivar el conflicto o encaminar el asunto hacia una resolución. 

Glas está acusado de malversación de fondos en Ecuador y había pasado cinco años en la cárcel por corrupción relacionada con el caso Odebrecht durante la presidencia de Rafael Correa. Salió por motivos de salud y se refugió en la embajada mexicana a finales de 2023, tras la llegada de Daniel Noboa al poder, quien argumentó que Glas podía huir del país y ordenó el allanamiento de la embajada. Este acto recibió una condena casi universal. México solicitó ante la ONU medidas cautelares que fueron desestimadas por el Tribunal Internacional de Justicia al interpretar que eran suficientes las garantías ofrecidas por Ecuador sobre la protección de las oficinas y embajada mexicana. 

El nuevo requerimiento mexicano detalla que “en tanto se emite el referido salvoconducto, se tomen las medidas humanitarias necesarias para que el señor Glas Espinel sea excarcelado y custodiado en un lugar seguro, en atención al crítico estado de salud que reporta”. En esta ocasión se solicita el permiso para que el exvicepresidente pueda viajar a un tercer país, en conformidad con la Convención de Caracas sobre el derecho de asilo de 1954, firmada por ambos países. 

México revive este caso en un momento en que su Secretaría de Exteriores está inmersa en la búsqueda de una salida negociada al conflicto poselectoral de Venezuela, junto con los gobiernos de Gustavo Petro en Colombia y Lula da Silva en Brasil. Ecuador, sin embargo, ha sido uno de los países que se han sumado a la petición estadounidense de reconocer como ganador a Edmundo González, el opositor de Nicolás Maduro. Ambas crisis han tenido una misma respuesta por parte del Gobierno mexicano: agrias críticas a los organismos internacionales por no atender adecuadamente o por interferir en el devenir soberano de los pueblos. 

En el primer caso, López Obrador no consiguió las medidas cautelares que pidió en Naciones Unidas, pero sí obtuvo la condena al allanamiento. El tribunal internacional se conformó con las garantías de “protección y seguridad de las instalaciones, propiedades y archivos de la embajada mexicana” ofrecidas por el gobierno de Noboa. Prefirió “no agravar la disputa” y optó por buscar “una solución pacífica” entre ambas naciones. “No hay un riesgo real e inminente de perjuicio irreparable para los derechos de México”, argumentaron al negar las medidas cautelares. México había pedido que Ecuador fuese suspendido como miembro de las Naciones Unidas hasta que pidiese perdón por el asalto a la embajada, pero no lo logró. 

El paso iniciado este lunes, en el que se plantea una salida de Glas Espinel a un tercer país, puede interpretarse como un primer movimiento para ir cerrando esta crisis. México consigue sacar de Ecuador al exvicepresidente, pero se aparta de su destino una vez que este aterrice en un tercer país. La respuesta que dé Ecuador a esta solicitud determinará el futuro del conflicto iniciado el 5 de abril. 

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