Última actualización el 14 de noviembre de 2024
Seattle, WA – Casi dos años después de proponer su fusión de 25 mil millones de dólares, Kroger y Albertsons han revelado las ubicaciones de las 579 tiendas que se venderán si se aprueba el acuerdo, incluidas casi 70 en el área de Seattle.
Vale la pena destacar que la lista, publicada el martes 9 de julio, incluye 124 establecimientos en Washington pertenecientes a Kroger, propietario de QFC y Fred Meyer, y Albertsons, propietario de Safeway y Haggen. Esto representaría casi el 40% de las tiendas de los dos minoristas de comestibles en el estado.
Las sucursales vendidas serán propiedad de C&S Wholesale Grocers, con sede en New Hampshire, y estarán operadas por esta empresa, lo que en teoría preservaría la competencia en las docenas de mercados locales en los que Kroger y Albertsons compiten actualmente. Sin embargo, cuando se difundió la noticia, muchos compradores y trabajadores estaban tratando de evaluar si la desinversión traería cambios importantes en sus tiendas, o incluso cierres, como han advertido algunos expertos, a pesar de las garantías de Kroger y Albertsons.
Las ubicaciones desinvertidas en el área de Seattle incluyen cinco tiendas QFC en Bellevue, dos tiendas QFC y tres tiendas Safeway en Tacoma, dos tiendas Safeway y dos tiendas QFC en Kirkland, y tres tiendas QFC y una tienda Safeway en Redmond. No parece haber ninguna tienda Fred Meyer en la lista de tiendas desinvertidas. El anuncio del martes parece ser un esfuerzo de Kroger y Albertsons para calmar las preocupaciones de que una fusión resultaría en precios más altos para los consumidores.
Esto ocurre apenas unas semanas antes de que un tribunal federal de Oregón considere una solicitud del gobierno para pausar la fusión mientras los reguladores federales la examinan para detectar posibles violaciones antimonopolio.
Los críticos de la fusión, incluidos los reguladores de Washington, Colorado y la comisión federal de comercio, que han presentado demandas para bloquear la fusión, afirman que C&S es principalmente un mayorista, con una operación minorista relativamente pequeña. Según los críticos, C&S podría no ser capaz de gestionar las tiendas desinvertidas con la suficiente eficacia como para ejercer una verdadera presión competitiva sobre la Kroger-Albertsons fusionada, y algunos temen que C&S acabe cerrando algunas sucursales.
Los dos gigantes de la alimentación han prometido que no se cerrará ningún establecimiento como resultado de la fusión, mientras que C&S ha sido menos claro sobre la cuestión de los cierres. Cuando se le preguntó el martes si había descartado el cierre de tiendas, la compañía no ofreció un no rotundo, pero insistió en que su capacidad minorista ampliada bajo la fusión “sin duda garantizará que estas tiendas continúen sirviendo con éxito a sus comunidades durante muchas generaciones por venir”. C&S ha prometido respetar los contratos sindicales vigentes para los trabajadores de las tiendas desinvertidas, pero algunos trabajadores temen que C&S presione para que se reduzcan los salarios en los contratos futuros.
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